Claridad de la zoncera
Aquí revuelo sucesivo y esperándote,
Al frente de este tópicomar,
Ahh… y seguro tambien podremos charlar,
Del placer podremos estremecer;
y desearnos juntos juntitos envejecer,
Explorando hasta el dichoso amanecer.
Ahí! a la llegada del clima,
Allí! a la entrada de la cima,
Ninguno la esquiva y nos pasamo’ a buscar.
Así! Como la foto sin color,
Negro claro-oscura,
Pálida,
al sufrir el segundo a suceder
Lo que esa muda tapia andaluz ha de soñar,
sin tiempo a la vuelta en re-aparecer.
Por algún desliz,
Si se queja,
Opsssssssssssss,
la cajita feliz,
Ya no hay remembranza,
A la instigada hora de partir.
Ya no hay más propiedad privada,
ni motriz,
Por que asi envaino y batalló con la plegaria de la palabra,
Porque así me lo contó una gitana hermana mía;
Cantándole a los gatos del techo, noche y día.
Que esa historia ya la conozco,
y es cosa tuya, y algo mía,
que en historia de chicos,
uno juegue pa` el rival,
lujos sexis y hasta,
el placer de no poder fugar de ahí, ni tampoco fumar.
De los conjuros que hasta
Aquí se hicieron en mi nombre,
Duro voraz de predicción;
El futuro es una esfera,
Perfectible de ilusión,
si no fue ,
No se fue,
Redonda alegría en nivelación,
Ni en la carne de los gritos,
Solo más que ritmo un gemido de placer y exasperación.
A la paciencia de ese fuego,
El temor de las estelas,
Fieras piedras encelos,
Aun sólos,
y mirándonos de perfil y al espejo,
reflejo en liberación de un tal buen servidor,
Que vino de allí,
no se donde,
Sentado a la par de la vida de un tren,
Que vacio de calidos alientos en suspiros nocturnos al pie del andén,
Supuro carnal de un cuerpo oloroso e inmundo, sucio;
Que día a día esta destinado a (des)aparecer.
Ante la presencia de duros hierros lacrados con estaño de la vida,
Para que nunca lo sepan, lo callen y vean, todos los años;
Correr de la mano con la amiga agonía acampando el desconocido saber.
Cajita feliz,
de nuevo se perdió en casa,
Algunos gritan,
la terrible! es doña desesperanza, va directa a la sensación de creer,
Otros han de esperan que llueva café, baje el humo,
fuera como un grito,
un quizás, un gemido, un nido en la labranza.
Otros, se haga huella el recorrido que
Han de llorar frente a un mundo inhabitable,
Tan servil, duro y formal como la punta del alambre,
que los dueños cierran y nunca jamas abren.
Algunos seres cantan,
están aquellos hombres,
los que más... encantan,
Pero hay otros que realmente también espantan,
Si solo es así,
mi amor,
En la tierra prometida,
Jugare con juglares,
a duelo libre de miradas,
Besare con el alma la imagen picara de algunas hadas,
Y si por exceso de adivinazas,
Algo se juega y se pone en danza,
Que sea tan solo la fresca palabra esperanza.
En acción de quien quisiera sin querer ganar la quinela,
Y ponga huevo en la quimera,
Llevará hasta en los huesos del alma encalvado en el pecho una estela,
segura pulpa filosa que ha de ser arma,
Una pequeña apuesta niña que lo ama,
Y libera la palabra,
Resistiendo el dolor,
Que si nos amamos tanto día y noche,
Hará el cielo divertir hasta al color,
Del vacio que se empolva en el misterio,
Del tiempo callado,
Casi fuera de cañamo y foco,
De escupir, denunciar, vomitar de la rabia,
Ante cualquier represión de esperar en estos días de tanto polibuche disfrazado inconsciente de estado civil de gobierno en cana.(en naca)
chan chan-da!
contador,él.
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