presentación de Pecado y Perdón del Rey Larva
La indigencia letal entre carros,
tan eternal me caló entre lunas,
que su andar ruin quemé en cigarros,
y así mecí el azul de su cuna.
Lisonjeé un brillar, sabores,
y quien soy yo en un hoy de miserias,
aturrullé celestial tantos dones,
que a su canción la colmé de histeria.
Hasta cegar al amor con locura,
hasta rozar su filón de piel dura,
y que en la voz de mi ser se apiada.
De la verdad y su rol tan inmenso,
que no sabrías decir lo que pienso,
ante su sol, de color casi negro.
Formas de morir
Fin
Como un kamikaze que se estrellara contra la muerte,
pasa nuestra vida como un fogonazo
en medio de la noche eterna,
como un hermosos y efímero cielo de navidad.
Y después el absoluto silencio.
Somos una pincelada de sangre en un cuadro infinito.
Y toda esta masa de nervios,
de emociones que no sabemos,
de deseos estupidos,
de pensamientos que somos,
están destinados a decorar la nada.
En el calor quiero morir
y los placeres son tan vanos.
Muerdo mi piel,
de escamas me estoy cubriendo.
El sol es dios
pero dios no es el sol.
Sembrador de versos,
la cancion perfecta no existe.
El que tiene miedo a morir
tiene miedo de vivir.
Como una novia virgen me entrego
en este orgasmo de morir
sacando el alma al aire
por primera vez.
Y ahora muero.
Fin.
Mariano Quiroga
tamaño 14x17
12 pesos
poemas
Crónicas desde el Borda
Libertad, igualdad y fraternidad son consignas que perduraron en el tiempo. De las tres, la que no pudieron negarnos es la fraternidad, porque depende de nuestra voluntad ejercerla, estar con los otros, en grupo, hacer realidad lo plural para resistir cualquier tipo de opresión. Y desde ese lugar, fluye modestamente la libertad como fruto del accionar solidario: la libertad de hablar, de reír, de bailar, de sacar hacia fuera lo que somos. La fraternidad también implica poner de manifiesto nuestra vocación por la igualdad, pues no hay fraternidad vertical. La fraternidad es horizontal por definición, dar y recibir, y más recibir que dar, porque ahí está la belleza.
Ramiro Ross no cuenta la experiencia fraternal en el Hospital Borda, un manicomio de varones. Al lado, separado por el muro, está el de mujeres.
Y el vehículo nucleador ha sido la radio, la amada radio que es capaz de superar distancias mágicamente. Una radio que se llamó “Babel”, quizá para demostrar que no hay barreras para el entendimiento humano cuando se está dispuesto a escuchar diversos lenguajes, comprender el significado de los silencios, de los balbuceos, del mensaje de la música, de los dibujos, de las miradas, del abrazo.
Los internos del Borda están allí porque la sociedad necesita que los que no se adaptan al sistema sean recluidos para que los “adaptados” pueden exhibir su cordura que no es otra cosa que domesticación. Si tuvieramos que definir qué es ser “normal” o “cuerdo” estaríamos en un verdadero enredo, porque vemos todos los días cómo las personas “normales” encumbrados en el poder dominan a los otros por medio de la fuerza, la miseria y la muerte.
Los relatos de Ramiro Ross más que leídos se miran, pues sintetizan en un pantallazo los dramas humanos: la muerte voluntaria como protesta por la vida negada; el empecinamiento en conservar la vida, entre fantasías y realidades, que componen una identidad singular.
Estos relatos nos muestran el rechazo a la mentira del poder de un colimba que mantiene su sentimiento patriótico; la creación como patrimonio indestructible, aunque al autor del Eternauta le quiebren la cabeza con electroshock; al autor de un crimen que ve sus actos como un espectador; al que sigue reclamando por las preguntas nunca contestadas en la infancia; al hombre que cobra caro la violación de su mujer; a la madre amorosa.
Y ese grupo de visitantes que como María del Carmen Goria actúa también como madre amorosa, son los amigos de los sábados, los compinches para armar el programa de radio, aplaudiendo a los que hacen música, a los que se equivocan al hablar, a los que protestan con vehemencia por el abandono y por los derechos vulnerados… pese a que se encuentran en Babel.
Y logran hacer una formidable denuncia que, como siempre, será escuchada solamente por otros como ellos, que consideran la dignidad de la resistencia como el punto de partida de la organización fraterna, que es lo que más temen los enemigos de la vida.
Mirta Mántaras
Abogada de Derechos Humanos. Periodista.
Autora de “Caso Carrasco: un pacto de silencio” y “Genocidio en Argentina”.
Del amor y otros atropellos
Dos cuerpos
Se agita el día, y sobre la cama aún se puede percibir el vapor que se desprende de los cuerpos allí tendidos, entrelazados azarosamente por las manos del sueño. La piel parece no tener límites, como si fuese solo uno el cuerpo que allí reposa, dotado del doble de cualidades. El lomo unificado se ondula al ritmo de la respiración, parece calmo. Está exhausto.
Los ojos se abren, encontrando la piel desnuda. Un rubor tímido abraza los rostros. El aroma a incienso ya consumido, sudor y sexo inunda el cuarto. Todo se reduce a estas cuatro paredes, a lo que contienen. Al otro lado de las ventanas, el mundo permanece gris e indiferente, un Guernica con pulso, una batalla de luces y sombras. Mientras tanto, los cuerpos descansan enredados en un nudo indisoluble, unidos por el sudor y los fluidos secos a los lados de las bocas exhaustas. Se aman entre sueños, tantean la tibieza del sexo ajeno bajo los velos soñolientos que cubren la razón. Los cuerpos siguen copulando aún dormidos, movidos por el deseo de sentirse uno dentro del otro, como un retorno al estado primario de la vida, donde todo era humedad y bienestar, donde no había por qué temer.
Toman el bocado con la lengua, sienten su sabor, y lo dejan escurrir por las comisuras. El ser entero se agita en sus bocas, con la lascivia desbordando por los poros.
Los ojos, vastos horizontes acuosos, salados, recorren las dunas de piel ondulantes sobre las sábanas. El cortejo no acaba jamás. Se buscan, se presienten, vuelven a tocarse. El orgasmo es contenido y liberado, otra vez contenido y vuelto a liberar, en una procesión inacabable de placeres compartidos, obsequiados, desmenuzados por los amantes. Las horas naufragan inconsistentes en torno a ellos. Nada les urge, el tiempo es solo presente; la vida se detiene más allá de sus cuerpos, más allá de este cuarto alquilado.
La luz parpadea en el techo, los muros contiguos susurran obscenidades. ¿Existen acaso otros mundos fuera de este? Tal parece que si, y son tan delgadas las barreras entre ellos que los límites se confunden, y así los sonidos emitidos en uno llegan a percibirse en otro. Esos muros lascivos ahora tiemblan con un pulso acelerado y confuso; el temblor de otros amantes se confunde con el de ellos, y se quedan oyendo, desnudos, recostados sobre su sudor, empapando las sábanas. Sonríen porque conocen aquellos sonidos paridos desde las entrañas, sonríen porque acaban de experimentarlos subiendo por sus cuerpos, por sus gargantas, hasta derramarse en el aire, con un aroma único e inagotable. Ahora las manos recobran el movimiento lentamente, ahora los otros mundos se funden en la nada, el único que sobrevive, el único que existe, es el propio. Los muros enmudecen; la cama se inunda con jadeos una vez más.
La Juventud al Poder - coeditado con )el asunto(
Rodolfo Finder nació en Vicente López una noche de verano de 1940.
En 1957 una fábrica se instala en el río donde a Rodolfo lo bañaba su madre de pequeño. Para él fue una injusticia y un golpe muy duro. Decidió no mirar para el otro lado. Decidió comprometerse.
En esta historia ficticia, en esta novela corta, empiezan a ver coincidencias que unen a Rodolfo Finder con su escritor predilecto, Rodolfo Walsh, el autor de “Operación masacre”. Pero también con muchos apellidos que animaban la década del 50: Perón, Guevara, Labruna, Goyeneche, Ardizzone, Pugliese, Masetti, Troilo, Artaud.
En un juego interminable entre lo real y lo ficticio, en una práctica entre la historia y la imaginación nace el mundo de El Rodolfazo. Un mundo que tiene que ver con nuestra identidad “argentina” y con las raíces culturales del último siglo.
Por luchar y comprometerse, Finder es expulsado al exilio, luego de recibir amenazas de muerte.
Es cuando decide viajar a Lago Intocable, a esa isla perdida en la Patagonia.
Es donde conoce a Bachino, la señora que le dice:
“Acá en el sur se termina el país, se termina la búsqueda. Busquen, exploren, mediten, abran caminos. Yo solo me crucé como paloma del destino, a guiarlos, a darles luz en la oscuridad. Ahora les toca a ustedes continuar el camino, poner nuevos ladrillos, continuar la historia. Vayan por ahí, por ese sendero. Vayan a hacer la revolución...”
Coincide el nombre de Walsh con el del personaje de esta historia, y seguramente con muchos muchachos de esos años que se llamaban así. Los Rodolfos anónimos que quizás también fueron héroes de historias menos conocidas o desconocidas que quedaron en el olvido, o quizás sigan recordándose en los recovecos de los barrios, donde las historias resucitan.
GRUPO DE ARTEOCIO VERDE
www.pabloom.blogspot.com
www.ocioverdenoticias.blogspot.com
Merluza
Casi una introducción
¡¡¡Clong!!! La jeta contra el caño. Y Sale un nuevo cuento.
Se debe escribir así, sosteniéndose el esparadrapo embebido en sangre contra la herida abierta en la frente. Escribirlo así medio cerrando un ojo por el dolor; y asusta leer luego el texto; el 90% de estos cuentos son reales. Cicatrices sobre el papel. Imposible no llevarse un caño por delante cuando el ojo avizor observa el margen.
¿Por qué callecitas, por que casas andás Merluza?...! Dios santo!
Héctor Urruspuru
Merluzas
Por la forma de quedar los cuerpos, uno de ellos (el del revólver) debe haber sido el desatador de la tragedia. Dos cadáveres estaban cerca de la puerta y el tercero bocabajo en la cama. Pareciera ser que le poeta No. 1 (el último en morir) eyaculó premortem en la boca de la poeta No. 2 que murió atragantada. Pobrecita…
El poeta No. 3, escurridizo ejecutor de cartitas sonrientes y miradas traviesas ( a pesar de todo) fue el primero en morir . En realidad; llegó muerto al banquete donde el único plato eran las famosas MERLUZAS A LA JUAREZ.
Fabián San Miguel
Por el boga
La realidad tiene tantas caras como ojos que la miran. Merluza tiene el ojo del que ve simple, descarnado y cruel. Su realidad como la de tantos, fue pasada por alto. Los que la conocemos, lo acompañamos por la calle, lo hacemos mirar, sentir, con la esperanza de que siga escribiendo. Así hace la historia, inyectándosela, así escribe estos cuentos, trabajando como un sparring de la vida.
Esteban Charpentier
Amanecer Oscuro
El acto de libertad más puro es aquél que decide sobre lo inevitable.
La existencia cristaliza en cada día vivido, sea este posteriormente recordado o no. La plenitud se expande en sus múltiples dimensiones en el presente, y es ése el lugar desde donde se juegan nuestras decisiones.
Importa poco nuestra duración, ya que nuestros tiempos vitales son despreciables (antes o después…hay un momento en que alguien absolutamente desconocido para nosotres (1) se detiene a mirar una foto nuestra y de nuestra compañía contemporánea y nos desconoce absolutamente, porque ya todos hemos muerto, y ya no importan las causas desde semejante futuro) esto, a su vez, implica desprenderse de la atención puesta tanto en el futuro como en el pasado.
Se puede decir algo de mil maneras: es posible narrar un mismo hecho incontables veces, contamos con la capacidad infinita de reinventar una historia -o nuestra propia historia-. Y es allí donde reside nuestro potencial libertario. El “cómo” es la salida para aceptar y no sucumbir ante el “qué”, ante lo que se impone de manera absoluta.
Se trata de un retener la atención frente a la historia que cada une de nosotres hace y rehace, siendo que el fin de toda historia es el ya conocido, la muerte misma. Elegir cómo morir dentro de nuestras posibilidades es a la vez elegir cómo vivir. Un aprendizaje que asume a la muerte como punto de partida más que de llegada, como significante de nuestra vida más que su ausencia.
La poesía condensa íntimamente la vocación de muerte. Un poema es capaz de exaltar la arbitrariedad máxima de expresión por sobre todo lo ya sabido. Y ésa será la clave: el disfrutar la forma. Detenerse en el presente, en el movimiento en sí mismo, es una manera de tomar conciencia de nuestra libertad frente a nuestra condición finita.
Así, la búsqueda de sentido está puesta de manera ideal en aquellas vivencias que no hacen referencia a otra cosa, a otro momento, sino que tienen valor por sí mismas: el placer como hecho absolutamente carente de utilidad, es su expresión máxima. Ya que no es un fin que pueda perseguirse, sino sólo en el momento mismo en que sucede el goce, hay una simultaneidad, una inmediatez en el placer que eclipsa toda causalidad, toda compulsión temporal. Disfrutar de la forma, como quiebre temporal desde donde generar una especial conciencia, para empezar a moverse nuevamente.
El brillo, la opacidad, la conciencia. Una suerte de dialéctica existencial. Aunque puede decirse que la conciencia es un estado más evolucionado por emerger de los otros dos, no se trata de una síntesis, propongo pensar a los tres estados como a un todo (disociable sólo para su contemplación) en el que cada uno esté contenido en el otro.
Como todo libro de poesía, puede empezar a leerse por cualquier página, según lo marque su apertura espontánea. La numeración, en este sentido, es arbitraria. Los títulos de las poesías caen, a su vez, en un metajuego poético: si bien son apenas números formales, carentes de significado, en el índice se exponen las primeras líneas de cada poema, lo que hace del mismo no sólo una instancia de referencia.
(1) Ya que todos/as contribuimos a darle forma al lenguaje que usamos, propongo asumir esa instancia creativa, poética, y utilizar la letra e para hacer referencia al binarismo de género mujer-hombre, así como también al continuum que cabe establecer entre estos “polos”, tanto desde lo cultural como desde lo biológico. Dado que ideología y lenguaje se implican mutuamente, se trata de un intento imaginario donde las palabras fueran inclusivas verdaderamente ya desde lo literal.
Un juego, nada más, en principio.
Mayra Jazmín Lucio
este viento que pedalea por mí
Presentación
Una jugadora, por Javiera Pérez Salerno
Para poder crear con palabras primero hay que perderles el miedo. Uno debe arrojarse a ellas, explorar sus posibilidades, llevarlas al extremo. Un poeta no puede achicarse cuando llega la idea: tiene que lanzarse aunque crea que no llega, reaccionar, estar despierto.
Precisos y potentes: cada poema de Paii es como un tanto de Voley, que se arma con diferentes toques hasta que termina colocado justo ahí; da lo mismo que sea en la cancha rival o en la imaginación del lector.
Nunca quiso contar cómo hace para que las palabras se rindan a sus pies; yo creo que la clave es un enorme corazón acompañado por una cabellera mágica. Y leerla es tan lindo como verla llegar, encantadora y efervescente, llena de ideas y de música.
Estos son poemas - caramelo, es necesario paladearlos despacito, en momentos especiales. O dejarse sorprender con su sabor abriendo el libro al azar para encontrar sus tesoros.
Bienvenidos al mundo Paii, hay de todo: sensibilidad, melancolía, talento, caminos misteriosos y… ¡helados! hasta reventar de crema.
La Fórmula de la fantasía
EL PARAHOMBRE
Y este mundo producía una extraña música
como el agua corriente y el viento
o el grano que un cosechador con movimiento rítmico
agita o revuelve en su harnero.
Charles Baudelaire
Estoy contenido en un lenguaje robado
En un lenguaje que está afuera que salió de mi cuerpo por el ojo
que fue escupido por mi cuerpo por mi ceja
que fue lanzado por mi boca por mi semen
como exaltado en mi desde mí
proyectado
como quitado de mí hacia mí
Para percibir el cuerpo uso mi saliva
porque con ella puedo precisar los sabores
y la rivera por donde hago coincidir el hueco vaciado y llenado
vaciado y llenado simultáneamente
de lo ajeno que me corroe de lo extraño que me pesa
de lo que viene a mí de lo que es en mi
de lo que no existe como existe la piedra o el bronce
rectas
no es una pendiente erguida vertical elevada
donde subir y ascender y recoger aquello
vaciado y llenado simultáneamente
en el hueco vaciado y llenado
Así los nardos explotan como granos
construyen su propio lenguaje
el lenguaje de la cebra y el puma
el lenguaje de la cabra del siervo del grillo
el lenguaje del mono del caballo del petrel
y la palabra verdadera la palabra metida
puesta sostenida
la palabra compacta la palabra fijada
la palabra abundante la palabra llena
repetida
la palabra tempestad
la palabra templo
la palabra síntoma
la palabra quimera
la palabra tímpano
la palabra estricto
l a p a l a b r a
p a l a b r a
atravesé la no-palabra-mía y pasaje al tacto
Moloko Vellocet
Hola Andrés.
- Hola puto
Bueno, te quería preguntar, ¿cuándo te diste cuenta que eras judío?
- ¿Soy judío? Uy, se me pasaron 14 años de la fecha de mi Bar Mitzvá.
Ahora bien, con ese espíritu de humorista judío, ¿qué vislumbras para el año venidero?
- o bien, la prosperidad de la humanidad, o bien acceder a un crédito hipotecario. De las dos, la que implique menores tasas.
Como Sociólogo, ¿te sentís un buen aforista?
- Ser sociólogo (ver Ser Judío de León Rozitchner) implica poseer un título. Ser aforista, no; o quizás sí y esté ejerciendo ilegalmente.
¿Tu humor es más bien considerado erudito o vulgar?
- Es una buena pregunta.
Gracias.
- Me hubiera gustado haberla formulado yo, por una cuestión de envidia.
Gracias nuevamente.
- Humildemente, creo que mi humor es erudito. La misma tapa de este libro fue comprendida por el 20% de los lectores. Y si descontamos a aquellos que por su exposición a libros pertenecen al reino vegetal o fungí, sólo un 10% de personas. Un10% de personas!!!!
¿Qué lecturas que no leíste influyeron en tu obra?
- No leí muchas cosas que dije que leí. Siempre dije que leí Los hermanos Karamazov, no es cierto. Aunque por la distancia con la obra, la comprendí mejor que aquellos que efectivamente lo leyeron. Creo que si alguna vez hubiera leído a Joyce o a Brecht, Moloko Vellocet podría haber sido una obra como la gente. Nunca leí lo suficiente de la Escuela de Frankfurt. Creo que mi única lectura asidua y verdaderamente profunda ha sido Žižek y Woody Allen y nada más…
Es sabido que sos un amante del stand up newyorkino, y de los monólogos callejeros y de varietes, ¿pero cómo se relacionan esas prácticas con tu escritura?
- El stand up es mi vida. Lo hago desde los 22 años. Eso significa que llevo 4 años de vida. En un momento estuve a punto de no sacar este libro y de salir a ofrecer CD’s de audio con mis monólogos. A propósito, hago monólogos en casamientos, fiestas de 15, Bar/Bat Mitzvá, circuncisiones, comuniones. Busquen el contacto en la página anterior…
¿En qué época empezaste a identificarte con la onda retro, … fue a partir de los `80 o antes?
- Yo nací en los ´80 y ya era retro sin saberlo ni quererlo. Justo en ese año murió John Lennon y yo no me enteré, pero creo que me afectó igualmente.
Volviendo al tiempo en que vendías fanzines en plaza Francia y plaza Serrano, ¿es verdad que te conocía más gente que a Kirchner?
- Era muy conocido en Pza Francia. No dejaba a nadie sin chamuyarme. Tengo una anécdota muy divertida de esos tiempos. En una oportunidad me acerqué a ofrecerle mi fanzine a un grupo de chabones. Rápidamente aprecié que había algo raro con ese grupo. Dos pendejos cercanos a los 18, 20 años, con cara de susto y atrás dos tipos adultos de 40, 45 años demasiado serios para el standard del lugar. Como de costumbre, introduzco mi texto sorpresivamente “Está arribando el fanzine que le faltaba a sus vidas”. Los dos pendejos contienen la risa y los dos adultos me miran mal. Continúo yo: “El fanzine que tantas veces le pidieron a Papá Noel con resultados negativos”. Más risa contenida de los pendejos y peor onda de los señores que me indagan violentamente: “¿Estás drogado?”, “No, no. Para nada” – les contesto. “Entonces tomatelas” finalizan ellos cortantes. Cuando me alejo de la escena pongo las piezas en su lugar y produzco el insight, el acomodamiento Gestáltico de la figura-fondo: los dos adultos eran polciías que estaban silenciosamente cachando a dos adolescentes; había caído a vender mi fanzine en medio de un razia!!!!! Podés creerlo!!!!
Es evidente tu adoración por la película La Naranja Mecánica, ¿qué nos podés decir de las desigualdades en la sociedad londinense?
- No entiendo tu pregunta
Ok, ¿con qué te identificas de la peli?
- Con la estética, única, particular, indiferente a los códigos establecidos sobre la delincuencia y la juventud. Me identifico también con el anhelo de libertad, de espontaneidad. Esa burla tan efectiva a los instrumentos disciplinarios que nunca cumplen totalmente su cometido.
Veo que las normas sociales establecidas a vos te rigen la vida, dando cuenta que no tuviste hijos, ni plantaste árboles, ahora al escribir un libro como este, ¿por qué crees que es fundamental para la literatura universal?
- Es un escrito que pretende dar por finalizada la intervención en nuestras vidas de lo coloquial, lo costumbrista, lo esteticista, lo moderno cool, lo glam, la falta de criterio populista, lo académico, lo cheto, lo políticamente correcto. Todos estos elementos han cumplido un rol en algún momento (algunas un rol bastante pelotudo), pero hoy en día no requerimos más de sus servicios.
Ahora si, última pregunta, Sinceramente el libro no me gustó, o mejor dicho, me puso incómodo con algunas cuestiones que hacen a mi moral, blanca, cristiana, occidental, heterosexual y judía (AMIA), me costó leerlo en el baño, vos, ¿dónde recomendas que lo lean?
- En la Argentina, mi patria, mi suelo, mi suela, mi corazón…
Entrevista al autor realizada por:
Matías Reck
editor y responsable
Cuaderno de Apuntes
Alegría alégrate, Alegre alegremos y alegrémonos
Tomamos un libro por la portada de éste, por llamativa, por elegante, por colorida, después cuando comenzamos a ojearlo, los primeros pasos son los siguientes; le examinamos la encuadernación, la calidad del papel, los gramos de éste, la tipografía, detrás vendrá la mirada a una página, que parece perdida en nuestras manos y con variedad de palabras, ahora le toca el turno a nuestra imaginación, que es la mejor de todas las lecturas, después que lo leemos como corresponde, comenzamos a bajar las expectativas, otras veces tenemos dudas y algunas no sabemos que decir; pero como una persona para evaluar a otra debe leerlo y repasarlo las veces necesarias para decir entendí esto, aquello o tal vez solo algunas cosas ¿Cómo se logra un libro brillante y maravilloso? Se habla de amor, de locura, de muerte, de noches perdidas o satisfechos de haberlas vivido, esa carrera de ser superior o inferior a tal o cual. Luego venderle el alma a dios, al diablo, a uno y a otro por un precio irracional, otras veces módico, algunas en un precio simbólico, tal vez jugar a las dos puntas, dar vueltas en el circuito y ver que ello se forma, se arma y cuando explota, después de todo ello, las academias suelen llamarle poesía. Disfrútelo.
Merluza Juárez
Politicamente in-correcto / Dandole cuerda al mundo / Conceptos son afectos
Para el arte del Contador, el libro resulta una cárcel. Ordena, jerarquiza, esquematiza, da nombre, a la ex-presión (tachar la e y poner una i) del más hondo sentimiento de un joven que le da cuerda al mundo, pa´ aunque sea, sea más vivible.
Cada página es una celda que intenta proteger a la poesía que se escapa y se escabulle en el bondi. El sistema penitenciario todo, hace que llegue el castigo si los gritos desconsolados de las palabras verborrágicamente vomitadas alteran el orden de la inhumanidad. El poeta es un estriper y el Contador puede desafiar un campeonato de cola less en la misma Institución Total.
El miedo a las rejas, a los muros, siempre está, pero la potencia en el puño para derribarlos, es una caricia en cuanto la fuerza de la caricia que le brinda al pincel y a la pluma para expresar su ira.
El teclado lo convierte en sopa de letras cruzando diagonales inexistentes en donde sus dedos bailan un rock and blues. Todas son cartas de amor, todas son canciones, todas son todas las voces que hacen eco en la celda vacía.
El Contador se escapó de la cárcel, cumplió con todas las requisas, los procesos de identificación con los otros reclusos, lo despojaron de todos los sistemas identitarios y le realizaron las visitas higiénicas correspondientes. Allí aprendió a hablar, a amar, y ahora quién lo para. Ya el Estado de las cosas es de tal índole que la censura es lo mínimo, la reincidencia es segura. Los bordes fueron transitados como un equilibrista entre la vida y el amor siempre con la posibilidad de caer en un vacío con papas que lo levante.
Una vez fuera, ya en la Nave, comienza a desconocer una cantidad numerable de apremios, sanciones, miradas de indiferencia y ve que sus manos son empujadas a hablar, que su corazón quiere salir por la boca, a veces como un tango y otras como un graffiti francés, por momentos parla de lugano por momentos de Estambul. Te marea como el vino te calma como el té. Te marea como el té, te calma como el vino.
La radio abierta es permanente, sólo hay que sintonizarla. En Devoto no hay más que una portátil, pero la hinchada, allá en la tribuna que da a la cancha del carcelero pide que toque el Ojo Caníbal.
El libro es una cárcel, ábranlo y liberen las obras de arte más valiosas, las que desafían al mercado de las ilusiones. Contemplarlas es entrar en el mundo del mundo. Entremos y llevémonos hasta las lamparitas, si alguna todavía funciona, con las rejas hagamos grandes parrillas, con las llaves percusión, las sábanas anudémoslas para subir y bajar del cielo, si queda alguna rata, pensemos en una biblioteca o en el paraíso.
Este juez, que simplemente dictaminó la sentencia, se arrepiente y se declara culpable, sepan que ustedes son mis cómplices y no tienen más que ir celda por celda para alfombrarla y sacarse los zapatos.
Matías Reck
Editor y responsable
Presente Gourmet
No pegaba. Por eso me mandé otro cuarto, y después no me arrepentí, aunque si hubiera estado bien informado (antes de probar, obvio) sólo hubiese chupado un solo cuartito. La media, ya, tampoco hacía efecto. Estará adulterada, pensé. Podría ser: lo que viene del mercado negro no tiene ninguna garantía. Esta es bien lisérgica, me había dicho mi psiconauta preferido y compañero de trabajo. Aguanten las golosinas y el mercado de tarjetas, el desempleo, todo. Da gusto conocer gente así.
Canciones: libro Mariano Quiroga
Son las letras de canciones que quedaron un cajon.
como me parecian copadas desde lo poetico, las saque del contexto musical en el que estaban,de todas formas se pueden cantar.
del prologo de Matias Reck
"Sigue preguntando dónde y debate sobre el tiempo con alfonsina en las calles de BA, logra escaparse igualmente, y choca con dioses que son traídos por el viento a la terraza donde la luna se hamaca triste. Y después se contenta con otro atardecer, esta vez la ve a Julieta, y las flores, y el mar y los fantasmas, grita un tango, patea un penal de media cancha, va a la esquina y se fuma un porro, viaja a Grecia no sé para qué, habla de libros, de dolor, de corazón, te mete una humorada y encima te dice que son Canciones, y que las tenés que cantar, más que sea desafinando, si total está todo ganado, mientras tenga el matecito y pueda almorzar los domingos en la cama sin olvidarse de los hijos de puta que te hacen que los fideos te caigan mal"
tamaño: 14x21
precio: 12 pesos
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Mierda: novela Mariano Quiroga
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