un adelanto, nada más.
Naranja
Cuándo será el día que se concretarán
todas esas soluciones geniales
que siempre terminan apiladas en el fondo
cuando se hace de día
y los techos de chapa van tomando temperatura.
¿Qué sería de todo esto
si el teléfono que prometió sonar
sonara?
¿Y si hubiera un scoring?
¿Cuántos puntos perdería el que habla
por hablar?
Todas las preguntas caen
cuando cae la tarde
y desde el furgón de la chanchita
se ve cómo el chaperío de Albertina se pone naranja,
Cuándo será el día que se concretarán
todas esas soluciones geniales
que siempre terminan apiladas en el fondo
cuando se hace de día
y los techos de chapa van tomando temperatura.
¿Qué sería de todo esto
si el teléfono que prometió sonar
sonara?
¿Y si hubiera un scoring?
¿Cuántos puntos perdería el que habla
por hablar?
Todas las preguntas caen
cuando cae la tarde
y desde el furgón de la chanchita
se ve cómo el chaperío de Albertina se pone naranja,
volviéndose la décima maravilla del mundo
sin llamar la atención de nadie.
A los costados de la vía
las cosas no pasan desapercibidas.
Igual que las buenas intenciones
en las primeras horas del día.
sin llamar la atención de nadie.
A los costados de la vía
las cosas no pasan desapercibidas.
Igual que las buenas intenciones
en las primeras horas del día.