Se presenta el libro de Moniiiiii


Entre las hierbas y el sonido
Instalé la película intento
Sacudiendo la memoria de los insectos en el aire.
Conmoviendo la autoría de mis penas heroicas y llenas de sabor a risa,
Persiguiendo el néctar de la flor
Instalando mi semen en el Aura coloreante.
Acabando un siglo y corrompiendo otro
Violando en ansias de libertad
Voluntad precisa
Con cantos de Morfeo
Insistiendo al peregrino del muro,
Cuansi color ladrillo
El aullido en la pared,
Germen y estiércol,
Campanas simulantes
Del encanto sutil femineico
Otorgado solo porque sí.

Ya salio!!!




la revista "Asesinos TImidos" con la nota que nos hicieron,
primer numero on line
gracias por contar con nosotros

Engranajes de sangre, un libro de Nicolas Correa


Los cuentos reunidos en este libro indagan en universos cercanos, sin héroes ni épica, con mujeres y hombres (a veces, niños) que se hunden, se chocan, se pelean con su destino. Algunos escapan, otros son devorados sin piedad.
Hechos triviales se presentan como las pistas de tragedias al acecho. En unos relatos, la desgracia se desencadena a partir de un episodio externo, pero, en la mayoría de los casos, el principal escollo es un miedo íntimo que no se puede cuantificar.
En “El machete”, por ejemplo, un pequeño se pregunta qué hacer cuando no hay Tablas de Moisés, ni jueces ni tratados internacionales que eviten que los hombres malos violen a su madre y a sus hermanas.
La relación de dos hermanos —uno de ellos retrasado mental— es el germen de “Una tarde más”, donde las horas se alargan inexorablemente, como en los cuentos de Horacio Quiroga, y un gato blanco tiene la cola demasiado larga.
En “Un beso en la frente”, un maestro rural, en algún paraje perdido de la mano de Dios, masajea la espalda de una hermosa alumna, mientras le explica los misterios del castellano con la frase: “Las niñas usan polleras muy cortas”.
La deuda de un abuelo interrumpe en la vida cotidiana en “Disparos en el agua” y parece que la salida es encontrar la alianza secreta entre un banquito, una soga y una viga, o, bien, irse a dormir y esperar a que el vendaval amaine.
En “Engranajes de sangre” la tragedia es vivir. Dominga, viuda y madre de cuatro hijos, sólo puede recibir la caridad de su hermano que ha ganado en el juego y sabe que el verdadero rostro de la ley es el dinero.
Lo paradójico es la clave de “Un día cansador”: una buena noticia ayuda a una joven esposa a seguir adelante y, a su vez, la conduce hacia un abismo que todos ven, menos ella.
“El viento empujando” es la minuciosa descripción de un soldado que espera que algo lo salve de una realidad más indigna que los peores días en la trinchera, donde comían carne humana y “les cortaban los pies a los que morían congelados para sacarles los zapatos”.
No hay andanzas ni proezas de superdotados en estos episodios. Hay historias grises de seres que deben enfrentar lo que les tocó en suerte. Toman mate amargo, caminan por calles de tierra, soportan la lluvia, tienen celos, miran con desdén el porvenir.
Cambian los escenarios, las circunstancias y los detalles, pero los protagonistas son siempre víctimas de un desasosiego que los seduce a la peor de las fugas, la imposible, la que termina con un fracaso: la huida de ellos mismos. Una vana ilusión que, sugiere el autor, escondemos todos y que es el centro de esta obra.

José Maria Marcos


consiga este libro en: engranajesdesangre@gmail.com / www.engranajesdesangre.blogspot.com

Comedia, una novela de Felix Augusto Quadros



PRÓLOGO

Cuando me preguntaban ¿De qué género es Comedia? Me quedaba boquiabierto y empezaba inmediatamente a balbucear pedazos de la historia… y después, sin querer volvía sobre aquello que te dejaba, que te hacia sentir, desear o buscar. Comedia es un libro sobre la vida y nada más que sobre la vida. Una vida de humor inteligente y suspicaz, una vida llena de imágenes de colores diversos, imágenes que no siempre son recuerdos.
Esta novela es ambiciosa, simplemente porque anhela CREAR, y para acometer ese objetivo, se despilfarra en todas sus formas discursivas, con el poema, la prosa, el titulo, nos figuramos a un escritor dispuesto a todo y parece que es esa misma pasión del escribiente que va apresando al lector en una historia que parece común, tradicional, pero que no lo es, ya que leyendo esta novela sabemos porque; cada historia se yergue única y extraordinaria a la vez.
Crear es el poder del poeta, es su magia y aquí el escritor multifacético que es Félix Augusto Quadros, hace de esto su herramienta predilecta, y cada Estación de esta novela, es esa moneda en el bolsillo que creíamos no tener, porque mientras los ojos tiemblan sobre las hojas se van abriendo mundos que nunca previmos, que se des - cubren en lo más simple y común, y vivimos en una comedia llena de posibilidades. De este modo el terror del hombre que es la costumbre y el hábito, intenta desvanecerse en cada ocurrencia de estos personajes, ya que estos construyen un mundo curioso, preferido, al que le vamos tomando cariño. Entonces, la creación del escritor parece completarse, porque el lector encuentra en sí mismo la posibilidad del cambio, de la creación, porque Comedia es una primavera para la imaginación, y la imaginación es la flor de toda creación.

13 07 005
Francisco José Vázquez Murillo / Buenos Aires – Argentina

Milena presenta un nuevo libro de Cuentos


Martes 9 de diciembre, 19 hs.

Bar Bartolomeo

Bartolomé Mitre 1525



Presentación del libro:

Engranajes de sangre
Cuentos
de

Nicolás Correa



Presentan los Engranajes: José María Marcos y Leonardo Oyola



Invitados de la engranada:

Narración: Walter Politano

Música: Iván "Cuerda" Correa

Barracas Madrid

Fransoy,
ocho meses ya en Madrisss,
entre vengas, vale y hasta logos,
recordado el zaguán serpentino
que atravesaba la cuadra de su casa.

El chelito de Barracas,
sin el picado y los bailes
con los amigos,
cuando tenia una vida en Buenos Aires.
Nosotros que te conocimos,
nos quedamos acá,
recordando que el mundo
todavía es mas grande.

Marcelo del colegio,
sentado junto a mi,
el año que fuimos nuevos,
ahora en otra cuidad,
tan hostil y desconocida como esta.
Entre caras raras,
atraviesa la Gran Vía.
Todavía piensa en porteño,
y dice che,
y dice boludo y minitas.

Dentro de poco será como Roberto,
cuatro años en Valencia,
sin pertenecer a ningún lugar.
Solo algunas veces, a su propio cuerpo.