Sofi lino lima



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Desde Argentina nos llega este texto abigarrante (o abigarrado), collage posmoderno, panfleto (en el mejor sentido de la palabra) donde los discursos flamean desde la dictadura del yo atravesando la hiel amarga de la política mal dirigida o la molicie de las libertades sexuales, cuando no la problemática finisecular o la lucha de los desposeídos contra los potentados. La poesía también toma posición y combate por los don nadies y les entrega la posibilidad de “Cómo salvar al mundo en tres pasos: 1.-matar a su oponente. 2.-matar a los que se sumaron a la lucha de su oponente porque una vez de muerto pasó a ser un mártir. 3.-matar a los que no estaban de acuerdo con los que apoyaban al dizque mártir, pero luego de ver cómo usted hizo una matanza tan sangrienta es obvio que tampoco están de acuerdo con usted.”

De esta forma la poeisis se convierte en discurso, casi en proclama o manifiesto, alejándose de las formas tradicionales (rima, verso, métrica, etc.) para exhortar al lector-militante o al lector desprevenido o casual (¿causal¡), sacudirlo de sus obligaciones, formulismos o cotidianeidades (lo que le han dicho que “tiene que hacer”) y entregarle una llave de ruedas o maestra, pero también una puerta blindada y otra realidad de cambios, de permutas, agit-prop, lucha política y lucha reivindicativa, pero al modo de los comics y de los nuevos géneros que se ensayan en los probetas de la cultura de masas.

A modo de psicodelia, Sofía Lino va dejando que los conceptos se entremezclen, que los ingredientes se catalicen de acuerdo a sus propias necesidades y nos entreguen, por ejemplo, la inversión de la máquina capitalista o el sarcasmo icónico donde una enorme ave devora a los pobres hombres convertidos en piernas-broaster o bocadillos para la bestia, como en el cuadro “Chronos devorando a sus hijos” de Goya o las imágenes de los sufrientes de Bruegel. También hay lugar para el sarcasmo cáustico, la ironía casi al límite de la exageración, lo cual en cierto sentido puede tildarse como grotesco, sobre todo para los que no alcancen a comprender el discurso; para ellos, la imagen de Príapo o el lingán gigantesco quedará expuesto no en gratitud a la fecundidad sino como “cinismo duro en imágenes sueltas”. El cinismo de las generaciones jóvenes que han comprendido que es necesario derrotar a la máquina y proclamar la libertad de los discursos como un preámbulo o vaticinio de alcanzar o democratizar las libertades humanas y alcanzar la felicidad lejos del sentido de la posesión y/o de la propiedad (“la propiedad es un robo”. Proudhon).

Lo curioso de esta Apología a los nadies es que se construye desde la iconicidad del pop vía intravenosa con el alocado Andy Warhol, el adicto Jimy Hendrix, los satánicos teletubbies, los enajenantes dibujos animados o el corte transversal de un cerebro de Leonardo, etc., etc., porque al fin y al cabo los “alguien”, los que alcanzaron los 15 minutos de fama de Warhol, también serán nadies en la rueda del samsara, en los socavones y los estamentos industriosos donde se cumple la única regla que mantiene en pie a este sistema: el hombre lobo del hombre y la proclama en papel higiénico del liberalismo: dejar hacer, dejar pasar, y que nos permiten la única libertad real a la que pueden acceder las grandes mayorías olvidadas en la aldea global profanada e incendiada de McLuhan: “un feliz tiro en la sien”.


*Apología a Don Nadie, Sofía Lino. Editorial Milena Caserola, Argentina 2011.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=lVjct3ymPec