FESTA

milena caserola … tiene el honor de invitarlo a:

¡UNA FIESTA DE NOVELA!

Una partuza no bienvenida para festejar la publicación de Acordes menores para Marion Cotillard, de Gonzalo Unamuno, y El impostor, de Enzo Maqueira.

Sábado 1° de octubre en Scalabrini Ortiz 1725, 23 hs.

*ENTRADA LIBRE Y GRATUITA*

“Me gusta lo que pasa acá, eso de ir a buscar un amor de película con lógica de vodevil y relato kafkiano y de igual forma no ir atrás de eso, olvidarlo, dejarlo para otra ocasión o para otra novela. En "Acordes..." el protagonista toca el bajo, y yo veo a la novela más como si fuera un bandoneón: se estira, arma lentamente, escena a escena, la música de un viaje demencial, y al final se arruga de golpe, herida pero feliz”. Félix Bruzzone


“El arte de la novela encuentra en Enzo Maqueira una expresión prolija y sensual, a veces asordinada, a veces disruptiva pero nunca estridente y siempre cautivante.” Juan Terranova


HOMO SOCIOLOGICUS


Enrique del Acebo Ibáñez: HOMO SOCIOLOGICUS. Mundo Sociocultural, Organizaciones y Mundo del Sujeto (Una propedéutica a su conocimiento), Buenos Aires, Milena Caserola, 2010, 591 páginas.


Homo Sociologicus es, en varios sentidos, un libro peculiar, fuera de lo común.


En primer término, es una obra que reúne, revisa e integra buena parte del trabajo intelectual llevado a cabo por Enrique del Acebo Ibáñez en los últimos años y que fue originariamente plasmado de manera muy parcial en ponencias, clases, seminarios y papers científicos que vieron la luz en la Argentina o en el extranjero. Es decir, se trata de contenidos pensados y repensados en diferentes contextos; sometidos a la crítica de la comunidad científica nacional y foránea y reflexionados y revisados por su propio autor. No es una obra escrita de un tirón, ni que pretende el tratamiento meramente de temas en boga, ni un disparo que busca un blanco en medio de la noche. Es una obra que ha debido pasar por un proceso de maduración, llevado a cabo con paciencia por un autor de rigurosa formación, tanto en lo metodológico como en lo sustancial de las cuestiones que aborda, que no resbala en la superficie de los temas sino que procura – con éxito la mayor parte de las veces – ir más allá de los gastados recorridos de la obviedad.

En segundo lugar, y como anticipa del Acebo en el prefacio, “es un libro con vocación de ensayo, por más que numerosas taxonomías incluidas le dan cierta impronta manualística”. En efecto, el método con que se han ordenado y sistematizado los temas, la inclusión de clasificaciones y conceptuaciones de los diferentes tópicos tratados, más la confesa intención propedéutica del texto, ya patente en el subtítulo de la obra, podrían aliarse para que quien se encuentra con este libro tienda a pensar que se halla simplemente frente a un manual. Se trataría de una impresión errada y por muchas razones lamentable. Como ya dijimos, el texto va más allá de lo obvio. El autor arriesga, propone y ensaya (en ocasiones con cálculo, la mayor parte de las veces con poderosas intuiciones intelectuales, forjadas al abrigo de una formación inusualmente vasta) itinerarios que le habilitan a salirse de las seguras autopistas del discurrir consuetudinario, y le permiten transitar senderos novedosos, que aportan originales perspectivas, desde las que se avizoran renovados horizontes. Destacan y confirman este rasgo de la obra, las diecisiete digresiones que atraviesan el corpus del libro. Estos textos breves recogen observaciones y reflexiones del autor sobre los más variados fenómenos socioculturales, considerados no pocas veces con un lenguaje literario, y echando mano, como asume el propio del Acebo, a “una suerte de poética psico-socio-cultural”. Aunque el autor las denomina digresiones que, por definición, importan una ruptura con el hilo del discurso, en este caso y yendo estrictamente al fondo de las cosas, las digresiones no son tales. En efecto, estos textos, lejos de convertirse en excursus, proponen una reelaboración de los desarrollos y explicaciones que los preceden, echando mano a la analogía y a la síntesis, de allí su esencial aproximación a la poética.

Respecto al contenido general de la obra, la misma se divide en un breve prefacio, y seis capítulos, a saber: I. El Mundo Socio-cultural y el Mundo del Sujeto; II. La interacción humana; III. La Organización como ámbito sociopolítico: interacción, socialización y conflicto; V. Métodos y técnicas de investigación social y de análisis e intervención organizacionales; V.- Perspectivas sociológicas para el análisis de la realidad sociocultural; VI. Algunas (in) Conclusiones.

El eje del desarrollo principal es el estudio del Mundo Socio-cultural y el Mundo del Sujeto con sus innumerables interrelaciones y conformaciones recíprocas. Tamaña tarea es abordada asumiendo desde el inicio la complejidad y pluridimensionalidad de los fenómenos y procesos involucrados que reclaman – y en esta obra encuentran – un adecuado tratamiento interdisciplinar, en el que, con delicado equilibrio y complementariedad, danzan la Sociología, la Psicología, la Antropología, la Filosofía, la Historia y hasta el Management.

Tiene una particular relevancia en la articulación del libro, el lugar que se le reconoce a las Organizaciones, en tanto teatro de los actores sociales, individuales y grupales, y su función como punto de encuentro entre estos últimos y los múltiples relatos que generan la conformación y reproducción (de ida y vuelta) de los Mundos Socio-cultural y del Sujeto. Asimismo, la obra se propone explicar y, al mismo tiempo, conferir herramientas para un análisis de la Sociedad y la Cultura, de modo que el lector se encuentre en condiciones de echar luz y distinguir – en la medida en que son distinguibles – la realidad propia de la subjetividad y la del mundo socio-cultural, en el marco que las organizaciones ofrecen para ello. Nos parece especialmente útil y original la segunda parte del capítulo IV., dedicado al análisis e intervención organizacionales.

Es destacable que, a lo largo de la obra, el autor logra sostener y justificar con acierto sus posturas, y mantener delicados equilibrios que – junto al enfoque interdisciplinar - le inmunizan de visiones unidimensionales, tanto de índole subjetivistas como estructuralistas. Incluso, y en la misma inteligencia de lo recién afirmado, es valorable el aporte realizado en el capítulo V. al abordar de modo sintético, pero con suficiente extensión en el contexto general de la obra, las perspectivas sociológicas fundamentales (a nivel, macro, micro y de articulación entre ambos o mixtas). Este tramo puede ser de particular utilidad para el lector profano en cuestiones sociológicas, de manera de iniciarse en una aproximación coral acerca de las visiones y concepciones que la rica tradición de la Sociología ofrece, desde los precursores hasta la contemporaneidad.

La obra finaliza con algunas (in)conclusiones, como las denomina el propio autor, donde aparecen ingentes reflexiones que más que cerrar el debate persiguen, deliberadamente, recrearlo y profundizarlo.

En suma, Homo Sociologicus, es un libro que posee profundidad conceptual confiriendo adecuados marcos teóricos a sus desarrollos; que hace gala de erudición, pero administrada en prudentes dosis; elaborado con orden y sistema, pero abierto a la creatividad -tanto en la forma como en el fondo – que el autor se permite y que le permite al lector; con utilidad instrumental, sin transformarse en una guía de bricolage profesional. Al propio tiempo, el libro puede admitir distintos usos: puede ser utilizado como texto de clases universitarias de grado o postgrado, si es empleado con la imaginación sociológica necesaria; pero también puede ser leído como un ensayo esclarecedor y sugestivo.

Como dijéramos en la primera línea, estamos frente a una obra fuera de lo común: por los riesgos que del Acebo Ibáñez asumió y de los cuales logró salir airoso; por el rigor y madurez de su teorización; por la apelación a la praxis en sus digresiones y mediante la exposición de valiosas herramientas analíticas; por su buen decir; y por el convite permanente al lector a embarcarse en una lectura lúdica de la obra, logrando, todo sumado, que quien incursione en ella se sorprenda pasando las páginas sin fatiga, seducido por la aventura del conocimiento y de la experiencia, que – pericia del autor mediante- se hacen, a cada paso y con naturalidad, reflexión propia del lector.

Fernando Álvarez Álvarez (UBA)